Alianza Lima con un equipo diezmado por los suspendidos y lesionados nunca dejó de ser favorito, para el pueblo grone no había excusas ni temores, al rival de toda la vida había que ganarle como sea y que mejor, que jugándole bien, superándolo en todo el terreno y con un golazo de lo que se facturan en Euros.
Alianza Lima con equipo B. Universitario con titulares, extranjeros y repatriados. Alianza Lima con el corazón encendido, Universitario con dudas. Alianza Lima con el aliento de su gente, Universitario sólo como siempre. Alianza Lima queriendo demostrar que se pasaron de drásticos y Universitario simplemente mal.
Gustavo Roverano mandó al campo toda su reserva disponible y sus soldados le respondieron, tomaron el frente de batalla y clavaron la bandera del triunfo en un terreno minado por el hincha fiel que no abandona al equipo herido y sana sus heridas de guerra con aliento ensordecedor.
Buen partido en general, desde Butrón hasta el armenio, todas las líneas se rigieron por el orden y el sacrificio; nadie desentonó, Mejía y Lavalle jugaron con la frescura de un veterano. Aparicio volvió a hacer la simple, Canales y Guizasola marcaron y treparon con propiedad; Atoche se comió a todos en el medio campo, Landauri trajinó hasta el desgarro, Noronha y Guevgeozian no se cansaron de buscar el gol.
Pero párrafo aparte se merece la actuación de Preciado, su velocidad hacía quedar en ridículo a la defensa crema, su cambio de ritmo lo elevaba a figura y la pinturita del gol lo consagró a ídolo; doble enganche en pocos metros, definición al ángulo y fiesta en Matute.
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